jueves
Mi extraño síndrome: El Miedo
Mis miedos van desde encender algún artefacto eléctrico, o un fósforo, y aunque parezcan ridículos esos miedos me siguieron hasta muy entrada mi etapa adulta, aún hoy me lo pienso dos veces antes de enchufar la plancha conteniendo las ganas de salir corriendo y llamar a mi esposo o uno de mis hijos para que acudan en mi ayuda; hasta cruzar uno de esos puentes peatonales que se supone deben salvaguardarnos de ser arrollados por algún imprudente al volante, pero que a mí me llenan de pánico, peor aún cuando son tan angostos que a las justas pueden transitar por ellos 2 personas. Un par de veces lo intente, juro que traté de hacerlo. Me armé de valor, pensando que ya era hora de tomar al miedo por los cuernos y…….fracaso total, terminé parada, mejor dicho paralizada, a un par de pasos de la baranda de la escalera, que me devolvería a la seguridad de la calle y a miles de pasos, al menos eso es lo que me parecía a mí, de concluir la tarea y dejar atrás el fantasma del miedo. A esas alturas mi mente se negaba a pensar con claridad y mis piernas se convertían en dos bloques de concreto, no podía avanzar ni retroceder. Fueron los minutos más angustiantes de mi vida. Pero como todo tiene que terminar de un modo u otro, de otra forma no estaría aquí escribiendo estas líneas, abordé a la primera persona que apareció, y luego de comentarle mi apuro tratando de parecer lo menos melodramática posible, me aferre de su brazo hasta llegar sana salva hasta el otro lado del puente, y fin de la historia.
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Si, excelente comienzo de tu blog y se me ocurre que entre yese, tu y unos pocos que honestamente se nos vayan agregango, podriamos comernos, aprendiendo constantemente, este interesantisimo mundo del internet
ResponderBorrarClaro que si amigo Luis. Esa es la idea.
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